Pideme lo que quieras, ahora y siempre
Durante todo el dia, Eric y yo nos dedicamos totalmente a el y, por la noche, tengo la cabeza como un bombo de tanta musiquita de videojuegos. Pero a la hora de la cena, sorprendida, me percato de que Flyn me pregunta si quiero ensalada y me rellena mi vaso de coca-cola sin que yo se lo pida cuando se me acaba. Esto es un comienzo, y Eric y yo sonreimos.
Cuando por fin conseguimos agotar al nino y acostarlo, en la intimidad de nuestra habitacion, Eric vuelve a ser mio. Solo mio. Disfruto de el, de su boca, de su manera de hacerme el amor, y se que el disfruta de mi y conmigo.
Mientras me penetra, no dejamos de mirarnos a los ojos y nos decimos cosas calientes y morbosas. Su juego es mi juego, y juntos disfrutamos como locos.
El domingo, cuando me despierto, como siempre estoy sola en la cama. Eric y su poco dormir. Miro el reloj. Las diez y ocho minutos. Estoy agotada. Tras la noche movidita con Eric solo deseo dormir y dormir, pero soy consciente de que en Alemania son muy madrugadores y debo levantarme.
De pronto, la puerta se abre, y el objeto de mis mas pecaminosos y oscuros deseos aparece por ella con una bandeja de desayuno. Esta guapisimo con ese jersey granate y los vaqueros.
—Buenos dias, morenita.
Este apelativo tan de mi padre me hace sonreir. Eric se sienta en la cama y me da un beso de buenos dias.
—?Como esta mi novia hoy? —pregunta con carino.
Encantada de la vida y del amor que le profeso, me retiro el pelo de la cara y respondo:
—Agotada, pero feliz.
Mi contestacion le gusta, pero antes de que diga nada, me fijo en la bandeja y veo algo que me deja atonita.
—?Churros? ?Esto son churros?
El asiente con una grata sonrisa mientras cojo uno, lo mojo en azucar y le doy un mordisco.
—?Mmm, que rico! —Y al mirar mis dedos, susurro—: Con su grasita y todooooo.
La carcajada de Eric retumba en la habitacion.
?Oh, Dios!, comer un churro en Alemania es como poco ?alucinante!
—Pero ?donde has comprado esto? —inquiero, aun sorprendida.
Con una megagigante sonrisa, Eric coge otro churro y le da un mordisco.
—Le comente a Simona que los churros eran algo muy tipico en Espana y que te gustaban mucho para desayunar. Y ella, no se como, te los ha hecho.
—?Vaya, que pasada! —exclamo, encantada—. Cuando le cuente a mi padre que he desayunado cafe con churros en Alemania se va a quedar a cuadros.
Eric sonrie y yo tambien mientras comenzamos a comer churros. Cuando me voy a limpiar con la servilleta, al cogerla, el anillo que le devolvi a Eric en la oficina aparece ante mi.
—Vuelves a ser mi novia y quiero que lo lleves.
Lo miro. Me mira. Sonrio. Sonrie, y mi loco amor coge el anillo y me lo pone en el dedo. Despues, me da un beso en la mano y murmura con voz ronca:
—Vuelves a ser toda mia.
Mi cuerpo se calienta. Lo adoro. Lo beso en los labios y, cuando me separo de el, cuchicheo:
—Por cierto, novio mio —sonrie—, ?puedo preguntarte algo de Flyn?
—Por supuesto.
Tras tragar el rico churro, clavo mi mirada en el y pregunto:
—?Por que no me habias dicho que tu sobrino Flyn es chino?
Eric suelta una carcajada.
—No es chino. Es aleman. No lo llames chino, o lo enfadaras mucho. No se por que odia esa palabra. Mi hermana Hannah se fue a vivir a Corea durante dos anos. Alli conocio a Lee Wan. Cuando se quedo embarazada, Hannah decidio regresar a Alemania para tener a Flyn aqui. Por lo tanto, ?es aleman!
—?Y el padre de Flyn?
Eric tuerce el gesto.
—Era un hombre casado y nunca quiso saber nada de el. —Hago una senal de asentimiento, y sin yo esperarlo, el continua—: Tuvo un padre en Alemania durante dos anos. Mi hermana salio con un tipo llamado Leo. El crio lo adoraba, pero cuando ocurrio lo de mi hermana, ese imbecil no quiso volver a saber nada de el. Me dejo claro lo que siempre habia pensado: estaba con mi hermana por su dinero.
Decido no preguntar mas. No debo. Sigo comiendo, y Eric me besa en la frente. Durante unos segundos nos miramos y se que ha llegado el momento de hablar sobre lo que me ronda por la cabeza. Antes, tomo un sorbo de cafe.
—Eric, manana es Nochevieja, y yo...
No me deja continuar.
—Se lo que vas a decir —asegura, poniendo un dedo en mi boca—. Quieres regresar a Espana para pasar la Nochevieja con tu familia, ?verdad?
—Si. —Eric asiente, y yo prosigo—: Creo que deberia irme hoy. Manana es Nochevieja y..., bueno, tu me entiendes.
Suspira, mostrandose conforme. Su resignacion me toca el corazon.
—Quiero que sepas que, aunque me encantaria que te quedaras aqui conmigo, lo entiendo. Pero esta vez no te voy a poder acompanar. He de quedarme con Flyn. Mi madre y mi hermana tienen planes, y yo quiero pasar la noche con el en casa. Lo comprendes tu tambien, ?verdad?
Recordar eso me rompe el corazon. ?Como se van a quedar solos? Pero antes de que yo pueda decir nada, mi aleman anade:
—Mi familia se desmorono el dia en que Hannah murio. Y no puedo reprocharles nada. El que desaparecio la primera Nochevieja fui yo. En fin..., no quiero hablar de esto, Jud. Tu vete a Espana y disfruta. Flyn y yo estaremos bien aqui.
El dolor que veo en su mirada me hace tocarle la mejilla. Deseo hablar con el de eso, pero mi Iceman no quiere que me compadezca de el.
—Llamare al aeropuerto para que tengan preparado el jet.
—No..., no hace falta. Ire en un vuelo normal. No es necesario que...
—Insisto, Jud. Eres mi novia y...
—Por favor, Eric no lo hagas mas dificil —le corto—. Creo que es mejor que me vaya en un vuelo regular. Por favor.
—De acuerdo —dice tras un silencio mas que significativo—. Me encargare de ello.
—Gracias —murmuro.
Resignado, parpadea y pregunta:
—?Regresaras despues de la Nochevieja?
Mi cabeza comienza a dar vueltas. Pero ?como me puede preguntar eso? ?Acaso no se ha dado cuenta todavia de que le quiero con locura? Deseo gritar que por supuesto volvere cuando el me toma las manos.
—Quiero que sepas —anade— que, si regresas a mi lado, hare todo lo que este en mi mano para que no anores nada de lo que tienes en Espana. Se que tu sentimiento hacia tu familia es muy fuerte, y que separarte de ellos es lo que peor llevas, pero conmigo estaras cuidada, protegida y, sobre todo, seras muy amada. Deseo que seas feliz conmigo en Munich, y si para eso todos tenemos que aprender cosas espanolas, las aprenderemos y conseguiremos que te sientas en tu casa. En cuanto a Flyn, dale tiempo. Estoy seguro de que antes de lo que esperas ese pequeno te adorara tanto o mas que yo. Ya te dije que era un nino algo particular y...
—Eric —le interrumpo, emocionada—, te quiero.
El tono de mi voz, lo que acabo de decir y su mirada hacen que el vello de todo mi cuerpo se erice, y mas cuando le oigo decir:
—Te quiero tanto, pequena, que el sentirme alejado de ti me vuelve loco.
Nuestras miradas son sinceras y nuestras palabras, mas. Nos queremos. Nos amamos locamente, y cuando se esta acercando a mi boca para besarme, la puerta se abre de par en par y aparece el pequeno Flyn.
—?Tiooooooooooo!, ?por que tardas tanto?
Rapidamente los dos nos recomponemos y, al ver que Eric no dice nada, ante la mirada del nino, cojo de la bandeja algo y le pregunto en espanol:
—?Quieres un churro, Flyn?
El pequeno pone mal gesto. La palabra «churro» no la conoce y a mi no me soporta. Y como no esta dispuesto a que le quite un segundo mas del tiempo de su amado tio, contesta:
—Tio, te espero abajo para jugar.
Y antes de que ninguno pueda decir nada mas, cierra la puerta y se va.
Cuando nos quedamos Eric y yo solos en la habitacion, lo miro risuena.
—No tengo la menor duda de que Flyn se alegrara mucho de mi marcha.
Eric no dice nada. Calla, me da un beso en los labios, y despues se levanta y se va. Durante un rato miro la puerta sin entender como Sonia y Marta, la madre y la hermana de Eric, los pueden dejar solos en una fecha asi. Eso me apena.