Pideme lo que quieras, ahora y siempre
A las seis y media de la tarde, Eric, Flyn y yo estamos en el aeropuerto. No tengo que facturar mi equipaje. Solo llevo una mochila con mis pocas pertenencias. Estoy nerviosa. Muy nerviosa. Despedirme de ellos, en especial de Eric, me parte el corazon, pero tengo que estar con mi familia.
A pesar de la frialdad que veo en sus ojos, Eric intenta bromear. Es su mecanismo de defensa. Frialdad para no sufrir. Cuando el momento de la despedida finalmente llega, me agacho y beso en la mejilla a Flyn.
—Jovencito, ha sido un placer conocerte, y cuando regrese, quiero la revancha de Mortal Kombat.
El crio asiente y, por unos segundos, veo algo de calor en su mirada, pero mueve la cabeza y, cuando me vuelve a mirar, ese calor ya no existe.
Animado por Eric, Flyn se aparta de nosotros unos metros y se sienta a esperar.
—Eric, yo...
Pero no puedo continuar. Eric me besa con autentica devocion y cuando se separa un poco clava sus impactantes ojos azules en mi.
—Pasalo bien, pequena. Saluda a tu familia de mi parte y no olvides que puedes volver cuando quieras. Estare esperando tu llamada para regresar al aeropuerto a buscarte. Cuando sea y a la hora que sea.
Emocionada, asiento. Tengo unas ganas terribles de llorar, pero me contengo. No debo hacerlo, o parecere una tonta blandengue, y nunca me ha gustado eso. Por esa razon, sonrio, vuelvo a dar otro beso a mi amor y, tras guinarle el ojo a Flyn, camino hacia los arcos de seguridad. Una vez que los paso y que recojo mi bolso y mi mochila, me vuelvo para decir adios, y mi corazon se rompe al ver que Eric y el pequeno ya no estan. Se han ido.
Camino por el aeropuerto con seguridad, busco en los paneles mi puerta de embarque y, tras saber cual es, me dirijo hacia ella. Queda mas de una hora para que la puerta se abra y decido dar un paseo por las tiendas para entretenerme. Pero mi cabeza no esta donde tiene que estar y solo puedo pensar en Eric. En mi amor. En el dolor que he visto en sus ojos al separarme de el, y eso me parte segundo a segundo mas el alma.
Cansada y agotada por la tristeza que tengo, me siento y observo a la gente que pasea por mi lado. Gente alegre y triste. Gente con familia y gente sola. Asi estoy durante un buen rato, hasta que de pronto mi movil suena. Es mi padre.
—Hola, morenita. ?Donde estas, mi vida?
—En el aeropuerto. Esperando a que abran la puerta de embarque.
—?A que hora llegas a Madrid?
Miro el billete.
—En teoria, a las once tomamos tierra, y a las once y media cojo el ultimo vuelo que va a Jerez.
—?Perfecto! Estare esperandote en el aeropuerto de Jerez.
Durante un rato, charlamos de cosas banales.
—?Estas bien, mi nina? —pregunta de pronto—. Te noto algo alicaida.
Como soy incapaz de ocultar mis sentimientos al hombre que me dio la vida y me adora, respondo:
—Papa, es todo tan complicado que..., que... me agobio.
—?Complicado?
—Si, papa..., mucho.
—?Has vuelto a discutir con Eric? —indaga mi padre sin entenderme bien.
—No, papa, no. Nada de eso.
—Entonces, ?cual es el problema, carino?
Antes de decir algo, me convenzo de que necesito hablar con el de lo que me pasa.
—Papa, yo quiero estar con vosotros en Nochevieja. Deseo verte a ti, a Luz y a la loca de Raquel, pero..., pero...
La carinosa risa de mi progenitor me hace sonreir aun sin ganas.
—Pero estas enamorada de Eric y tambien quieres estar con el, ?verdad, carino?
—Si, papa, y me siento fatal por ello —susurro mientras observo que dos azafatas se ponen en la puerta de embarque por la que tengo que entrar en el avion.
—?Sabes, morenita? Cuando yo conoci a tu madre, ella vivia en Barcelona y, como bien sabes, yo en Jerez, y te aseguro que lo que te pasa a ti, yo lo he sentido anteriormente, y el consejo que te puedo dar es que te dejes llevar por el corazon.
—Pero, papa, yo...
—Escuchame y calla, mi vida. Tanto Luz como tu hermana o yo sabemos que nos quieres. Te vamos a tener y a querer el resto de nuestras vidas, pero tu camino ha de comenzar como antes comenzo el mio y despues el de tu hermana cuando se caso. Se egoista, miarma. Piensa en lo que tu quieres y en lo que deseas. Y si en este momento tu corazon te pide que te quedes en Alemania con Eric, ?hazlo! ?Disfrutalo! Porque si lo haces yo estare mas feliz que si te tengo aqui a mi lado triste y ojerosa.
—Papa..., que romanticon eres —sollozo, conmovida por sus palabras.
—?Ea, ea!, morenita.
—?Aisss, papa! —lloro con emocion—. Eres el mejor..., el mejor.
Su bondad vuelve a llenarme el alma cuando lo oigo decir:
—Eres mi nina y te conozco mejor que nadie en el mundo, y yo solo quiero que seas feliz. Y si tu felicidad esta con ese aleman que te saca de tus casillas, ?bendito sea Dios! Se feliz y disfruta de la vida. Yo se que me quieres, y tu sabes que yo te quiero. ?Donde esta el problema? Da igual que estes en Alemania o a mi lado para saber que nos tendremos el uno al otro el resto de nuestras vidas. Porque tu eres mi morenita, y eso, ni la distancia, ni Eric, ni nada, lo va a cambiar. —Emocionada por sus palabras, lloro, y el sigue—: Vamos..., vamos..., no me llores, que entonces me pongo nervioso y me sube la tension. Y tu no quieres eso, ?verdad?
Su pregunta me hace soltar una risotada cargada de lagrimas. Mi padre es grande. ?Muy grande!
—Vamos a ver, mi nina, ?por que no te quedas en Alemania y pasas la Nochevieja alegre y feliz? Este es el comienzo de la vida que habias planeado hace poco y creo que empezarla en Navidades sera siempre un bonito recuerdo para vosotros, ?no crees?
—Papa..., ?de verdad que no te importa?
—Por supuesto que no, mi vida. Por lo tanto, sonrie y ve en busca de Eric. Dale un saludo de mi parte y, por favor, se feliz para que yo lo pueda ser tambien, ?de acuerdo?
—De acuerdo, papa. —Y antes de colgar, anado—: Manana por la noche os llamare. Te quiero, papa. Te quiero mucho.
—Yo tambien te quiero, morenita.
Conmovida, emocionada y con mil sensaciones en mi interior, cierro el movil y me limpio las lagrimas. Durante varios minutos permanezco sentada mientras mi cabeza piensa en que debo hacer. ?Papa o Eric? ?Eric o papa? Al final, cuando la gente de mi vuelo comienza a embarcar, agarro la mochila y tengo muy claro donde tengo que ir. En busca de mi amor.
13
Cuando el taxi me lleva hasta la puerta de la enorme mansion donde vive Eric, lo pago con la Visa y me bajo. Como era de esperar, vuelve a nevar y mis botas se hunden en la nieve, pero no importa; estoy feliz, ademas de congelada. Cuando el taxi se marcha me quedo sola ante la imponente verja y un ruido cercano me alerta. Miro hacia los cubos de basura que hay a mi izquierda y me sobresalto. Unos ojazos brillantes y saltones me observan, y grito.
—?Joder, que susto!
Mi chillido hace que el pobre perro huya despavorido. Creo que se ha asustado mas que yo. Una vez que me quedo sola de nuevo, busco el timbre para que me abran, pero entonces veo que se enciende una luz en la casita de Simona y Norbert. Las cortinas de una ventana se mueven y de pronto se abre una puerta junto a la verja.
—?Senorita Judith? ?Por todos los santos, se va a usted a congelar!
Me vuelvo y veo a Norbert, el marido de Simona que, abrigado con un oscuro abrigo hasta los pies, corre hacia mi.
—Pero ?que hace aqui con este frio? ?No se habia marchado a Espana?
—He cambiado de planes en el ultimo momento —respondo tiritando a la par que sonriendo.
El hombre asiente, me devuelve la sonrisa y me apremia mientras caminamos hacia la portezuela lateral.
—Pase, por favor. He oido que un coche paraba en la puerta, y por eso me he asomado. Entre. La llevare de inmediato a la casa.